Entre-abro los ojos y veo que la habitación está en penumbra, mientras, por las rendijas de la persiana entran unos rayos de sol brillantes que iluminan a trozos la cama. Abro y cierro los ojos, me desplazo suavemente en la cama tocandome la barriga mientras pienso lo que hay en ella. Notos sus movimientos suaves, ella tambien se está despertanto. Ahora noto un piezecito, ahora un codo y de repente se da la vuelta. La mágia del momento no tiene precio.
Ahora se que soy feliz, que estoy tanquila, y que tengo que disfrutar de estos momentos.
Pasan los minutos y me voy despertando lentamente igual que ella, nos estiramos juntas.
Finalmente pongo los pies en el suelo me tomo mi desayuno y delante del ordenador empiezo a escribir las primeras líneas dedicadas a ella, le estoy escribiendo un pequeño libro, sobre su origen, su nombre, sus padres....